Amor vino muy contento
a través de tu mirada;
y en la brisa de tu aliento,
la frase era un monumento
de muchas flores que dabas.
El amor que me mostrabas
era dulce renacimiento,
abreboca al corazón
a cualquiera que tú hablaras.
Y tanta fue la ocasión
que un corazón te mirara,
que pensó que era de Sión
esa voz como canción
que engtre tules nos llevaba.
Amor empezó chiquito
como exquisito regalo
entre tus labios jovencitos
y tu pelo recortado.
Mis ojos nunca hubieran visto
un amor cual pececitos
de un arroyo alegrado,
un amor tan limpiecito
siempre tan recién bañado...
Amor no tiene flaquezas,
amor no tiene mentiras;
Amor es como una lira
cuyos arpegios comienza
a enlazar todo lo que gira
dentro de nuestra cabeza.
Amar ilumina piezas
oscuras del corazón.
Amor construye perdón
y así el ofensor aprende
a amar con amor nuevo
que le nace y que le enciende
como una vela de sebo
en su alma necesitada
de un amor que así sorprende....
Pero el amor que tú tenías,
el amor que tú nos dabas,
se apagó en un sólo día
como algo que no existía,
como algo que no duraba.
Y ahora el sol no brilla igual
en tu rostro, en tu mirada,
pues tu luz es empañada
por tristeza singular
cual desprecio de una amada.
Ya tu dar no vale nada,
ya tu mano es sin calor.
Y tu voz, que era sagrada,
es cual marchitada flor
sin perfume, sin color...
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